viernes, 24 de junio de 2016

EL REGRESO DEL 'ESCÁNDALO PÚBLICO'

La derecha religiosa dispara al corazón 

del Orgullo andaluz

Por José García

Foto: Fundación Triángulo Andalucía

No sé si cabe todavía sorprenderse cuando, de repente, resucitan viejos discursos y prácticas institucionales conducentes a propiciar la desaparición de gays, lesbianas, trans, gente queer del espacio público. Ciertamente, la apelación a la presunta obscenidad, a las leyes antiobscenidad, al concepto de escándalo público, al riesgo de actos lúbricos ha constituido durante el siglo XX una de las herramientas institucionales más eficaces para invisibilizar y perseguir nuestras vidas. Lo curioso, por llamarlo de una manera, es que el concejal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Gregorio Serrano, espoleado por medios ultraconservadores como el ABC y periodistas sobre los que mejor me ahorraré comentarios y apelativos, como el señor Antonio Burgos, recurran de nuevo a estos viejos argumentos para arremeter contra la exposición fotográfica que se exhibe estos días en una céntrica calle de Sevilla, cuando el delito de escándalo público está derogado en España desde la reforma del Código Penal de 1988. O no.

Los grupos de la derecha religiosa, que a buen seguro están detrás del concejal neocón, saben que lo único perseguible en el ordenamiento jurídico español es el exhibicionismo, que debe implicar a la fuerza (en un concepto, por otra parte, bastante absurdo del sexo) la muestra de los genitales, lo que no sucede en la referida exposición. Es más, no basta con considerar semejante acto de exhibición un acto obsceno o pornográfico (conceptos que se mueven en otra zona de relativismo que expresa como pocas los traumas sexuales de una sociedad, o de parte de una sociedad, heredera de la tradición judeocristiana), también se ha de demostrar que este acto deriva en una lesión a la indemnidad sexual de menores y personas con discapacidad. De ahí las continuas referencias de los escandalizados señoritos de cortijo a las preguntas que se hacen y se harán sus hijos al ver estas fotografías expuestas en medio de la vía pública.

Más allá de la esfera jurídica, podríamos seguir ahondando en lo que cada cual, o mejor, la sociedad, debería considerar obsceno. ¿Es más obscena la exposición del Orgullo Sevillano que personas mostrando las heridas y las llagas de los grilletes que se han colocado en los tobillos para seguir a una imagen venerada? ¿Es más obscena que la campaña que ha emprendido esta derecha religiosa, mediática y política contra el Orgullo de este año con los cuerpos aún calientes de cerca de cincuenta personas lgtbqi en Orlando, víctimas de la misma hipermasculinidad y el mismo fanatismo religioso que atiza esta nueva polémica? ¿Qué tratan de decirnos? ¿Tal vez que la culpa del atentado es de nosotrxs, por ser tan impúdicxs y obscenxs? ¿Le hubieran dicho lo mismo a los dibujantes asesinados de Charlie Hebdo, ejecutados por unas imágenes supuestamente blasfemas sobre Mahoma? ¿Qué harán ahora? ¿Irse a la misa "ecuménica" por las almas de las personas asesinadas en Orlando, para que, al fin y al cabo, puedan salvarse? ¿Todas las iglesias buenas contra la verdaderamente mala, que es el Islam?

Hay muchas formas de apretar un gatillo. Las pintadas ofensivas ya están sobre las fotografías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario