jueves, 18 de agosto de 2016

EL CELULOIDE EN EUROPA

Une nouvelle amie. Ozon, el cine francés 

y la explosión de los géneros

 

Por Eduardo Nabal

 

 

Hoy día Francia se sorprende a sí misma entre la valentía de algunos de sus creadores y el efecto de miedo y retroceso que atenaza a un sector de su sociedad. Ozon ni siquiera cuando era un ‘enfant terrible’ dejó de sorprender, encandilar o escandalizar (en un sentido vago del término) a esa  (esta) sociedad francesa hipócrita que oculta sus secretos de alcoba tras manifestaciones fascistoides,  homófobas y racistas, envuelta en paradojas, fobias y contradicciones. Con nuevas corrientes juveniles pero un sustrato conservador que ni el mayo francés logró desterrar.

            El propio realizador ha declarado en el Día Internacional Contra la Homofobia que las llamadas "crisis económicas" aumentan el machismo, el racismo y la homofobia. También la transfobia, la doble moral, el miedo a la libertad. Su sociedad, no tan distante a la nuestra pero si distante a lo que llegó a significar un día en cuanto a avances sociales y culturales en las luchas por la libertad y la diversidad cultural en tiempos de revueltas y oscuridad. La Francia de Foucault, Derrida, Wittig es hoy también la Francia xenófoba, en la que se escuchan los discursos fascistas emitidos por Marie Le Pen y en el que se ha desarrollado una fobia a todo tipo de diversidad de la que se han hecho eco trabajos valientes como La vida de Adele, Le chanteur, Une profeté o esta Une nouvelle amie, que tras su refinada apariencia oculta no poco vitriolo contra los fantasmas de la burguesía francesa y los binarismos de género.

            En Une nouvelle amie el realizador francés se aparta del drama irónico y la crítica social  de Jeunne et Jolie o la comedia musical kitchs de Ocho mujeres o  Potiche  con una comedia dramática donde hace explotar los géneros sexuados dentro de un entorno burgués donde los desgarros son solo visibles desde cierta óptica, y las cadenas se rompen de manera desenfadada pero  algo utópica.

            La trama algo rocambolesca del filme (basada en una novela de la recién fallecida Ruth Rendell, escritora de novelas de intriga que sirvió de inspiración de Carne trémula)  puede llevar a que nuevas voces imprudentes lo comparen con Almodóvar (al estilo de Boyero) pero en su país saben que, aunque les escupa en su moral burguesa y parodie sus costumbres matrimoniales, es un talento a exportar y va a seguir ganando premios en festivales, con un respaldo que no encuentran nuestros jóvenes realizadores, salvo contadísimas excepciones.
            Muchos de ellos (Coixet, Torregrosa, Hens, Ceacero, Amenábar, Castón, etc) o se han ido o tienen las maletas hechas. Pero el cine de Ozon (como de otra forma el del canadiense Dolan) nunca será cómodo, aunque sus ambientes socioculturales varíen mucho y el tono vaya siempre del drama o melodrama a la comedia más irónica y estilizada, mojando la pólvora de algunos de sus filmes mas iconoclastas.

            Aunque hay demasiados elementos en Une nouvelle amie para que, a pesar de su osadía argumental, traspase el terreno de la comedia mágica, la aventura interior,  el melodrama romántico (la muerte y el duelo es capital en el filme) y si se acerca a las nuevas ideas sobre los cuerpos y los dualismos de género es quizás para buscar en las tripas de la sociedad aparentemente "tolerante" en la que vive el fantasma del neofascismo que despierta la ansiedad colectiva sobre la adopción de niños por padres gays o madres lesbianas además de otras muchas barreras - de carácter racial y socioeconómico-  que hacen saltar conceptos preestablecidos en el imaginario romántico e idílico. Tal vez el problema es que Ozon, como ocurría en la más contundente y afilada  Dans la maison cuida demasiado su puesta en escena y pide a sus interpretes un más difícil todavía que deja de lado la audacia formal, que no falta en sus últimos filmes pero que parece haber perdido ese lado más oscuro, reivindicativo y turbulento  que en esta ocasión, recupera únicamente en las dos secuencias más perturbadoras del filme. Ozon nos presenta un mundo burgués aparentemente impermeable a los cambios pero donde los pequeños desgarros son observados con ironía y devastadora inteligencia, aunque evitando la estridencia de Sitcom o la amplitud de la crítica social de Dans la maison o incluso Jeunne et Jolie, donde acusa a instituciones, fariseos, educadores sociales o moralistas de forma indirecta a través del misterioso periplo de una joven que ejerce la prostitución en el París de nuestros días. Un realizador que, como a su manera, Xavier Dolan puede contar lo más salvaje o complejo de las relaciones humanas  sin despeinarse.

            Une nouvelle amie es un filme escabroso pero contado con elegancia y en escenarios de comodidad dándole un final optimista y con algunos giros argumentales no del todo verosímiles. Una historia de duelo, suplantación, travestismo, lesbianismo  reprimido, emociones sofocadas, recuerdos y confesiones corporales que harán las delicias de los amantes del cine gay-les-trans- inconformista pero que, a pesar de la inmensa interpretación de Roman Duris, no llega tan lejos como otros realizadores de su generación y desde luego aunque se muestra aparentemente mas valiente queda por debajo de los riesgos corridos por Xavi Dolan en Mommy, Bruce la Bruce en Gerontophilia o el tunecino Kediche en La vida de Adèle, aunque seguramente sea, a pesar de su ética libertaria en cuestión de sexos y géneros, la mas amable, agradable y cómoda de todas ellas.
            Más allá que en su meditada  puesta en escena o en unos personajes bien trabajados pero algo previsibles el desafío de Ozon en Une nouvelle amie es ponerle un final feliz a una historia de pequeñas transgresiones que pueden cristalizar en ansiedades imprecisas en torno a la diversidad sexual o las identidades de género.

            El realizador no tiene vértigo a la hora de plantear y jugar sus cartas pero echamos de menos quizás, a pesar de un par de secuencias inconfundiblemente ozonianas- como lo son algunos de sus personajes- , la insolencia narrativa de sus primeros trabajos, su lado escatológico convertido aquí en un formalmente prudente atrevimiento argumental. En definitiva y, sobre todo en su resolución, Une nouvelle amie (Una nueva amiga) es una película a la vez provocadora, insolente, lúdica, agridulce   y amable, perturbadora pero narrativamente mas apacible y cómoda  que otros trabajos suyos recientes como la ácida “Dans la maison” o la desconcertante El refugio.

            Estamos a ante un filme sobre la explosión de los géneros, la recuperación del objeto amoroso, el lesbianismo y el travestismo  tratada de forma dulce, inteligente  y no belicosa, apuntando elementos oscuros o renovadores pero sin profundizar demasiado en ellos. 

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