Ya lo sé que tú te vas...
Por Edgar Segura
Alberto
Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel (JuanGa), falleció el pasado
domingo 28 de agosto de 2016, en California, Estados Unidos, a causa de un
ataque cardiaco.
Juan Gabriel ha sido todo un símbolo de la cultura popular mexicana, contando con uno de
los repertorios más abundantes de composiciones. Su origen humilde y su difícil
andar a la fama, inspiraron sus canciones más conocidas. Sin
duda alguna México ha sufrido una pérdida irremplazable.
Juan Gabriel, no sólo deja un
espacio en el firmamento de las estrellas, sino que deja un legado para la
sociedad y una responsabilidad para la comunidad LGBT. Juan Gabriel, en medio
de un México machista, moralista y religioso, logró ser simplemente quien era,
logró hacer que muchos heterosexuales, cantaran y bailaran sus canciones, logró
pisotear la homofobia y bordarla en una chaqueta de lentejuelas que lució en su
magisterial presentación en el Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México.
En medio de un México en el que la comunidad LGBT nos encontramos en una disputa en
la que intentamos que nuestros derechos humanos sean reconocidos y
garantizados, observando iniciativas de leyes tiradas en los salones del
Congreso, en donde la iglesia ya no sólo se conforma con rezar sino que
pretende gobernar, usando discursos de odio y discriminación hacia la
diversidad sexual, y el gobierno ignora
la creación de organizaciones que legalmente van en contra de los derechos
humanos; en medio de éste México muere el homosexual Mexicano más querido e
idolatrado, incluso por todos aquellos que se oponen al amor entre iguales. Es
irónico, que un día antes del fallecimiento de JuanGa se llevaban a cabo
marchas Pro Vida y/o Pro Familia, que definitivamente incitan ataques de odio y
por supuesto la discriminación, y al día siguiente las mismas personas que
marcharon, escuchaban a todo volumen Amor
eterno y fingían calidad humana.
Juan
Gabriel, además de su legado musical, deja a la sociedad y en especial a la
comunidad LGBT, visibilidad y nos
mostró que a pesar de tener una vida difícil, hay que insistir hasta lograr lo que deseemos. Él logró ser uno de los músicos más
reconocidos, y en México siempre fue una persona incluyente, sin miedo a
mostrarse tal cual era, sin necesidad de dar explicaciones, callando millones
de bocas de una manera sátira Lo que se
ve no se pregunta.
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