martes, 18 de julio de 2017

'CÓMO SER GAY' de David M. Halperin

Este ensayo no es un manual de instrucciones

 

Por Eduardo Nabal




 
El provocador, lúcido e inteligente autor del ensayo Saint-Foucault -cuya traducción llegó desde Argentina a las librerías españolas- nos vuelve a sorprender con su obra más reciente y completa: un estudio lúdico, fresco y provocador que, desde luego, decepcionará a los buscadores de marcas de ropa o indicadores de conductas normativizadas, a los neoconservadores  del movimiento o a los que esperen algo ajustado a las convenciones.
El libro de Halperin, cuyo título no hace justicia a su contenido, es precisamente un libro sobre y contra la heteronorma desde posiciones de investigador/instigador que analiza el mundo con sumo interés, centrándose en la evolución de la subcultura o la mirada ‘camp’ de otros tiempos y reivindicando su carácter trans-histórico y subversivo dentro de la historia de las sexualidades  modernas.
Haperlin, una de las voces más comprometidas dentro la cultura queer anglosajona, parte de Esther Newton (Mother camp, recién traducido al castellano) pero también de nombres tan dispares como Sontag, Sedgwick, Foucault o el cine clásico de Hollywood, el glamour en el arte, el musical o  el cabaret para seguir la pista a las formas de supervivencia y/o reapropiación de lo gay y lo queer de diferentes elementos socioculturales, desde la caverna hasta las nuevas formas de concebir la comunidad dentro de la comunidad, sin dejar nunca de plantear nuevos interrogantes que hagan avanzar el pensamiento reciente hacia la multiplicidad diversa, la diáspora inclusiva y la reflexión incómoda.
El último ensayo de David Halperin, lúdico, ameno hasta lo indecible, afilado, profusamente documentado y lleno de ejemplos y reflexiones a la vez divertidas y profundas, es una poderosa caja de herramientas contra la uniformización, la indefensión, y un sólido y a la vez vaporoso punto de partida en modelos aparentemente heterosexuales, cambiantes o ambivalentes, de los que se apropia para adentrarse sin miedos en las culturas queer de resistencia, esas culturas que se reinventan a sí mismas desde la noche de los tiempos.
Halperin parece decirnos que antes de saberlo la ‘queeridad’ comparte, a su manera, unos códigos lingüísticos comunes (“ese sueño de un lenguaje común” del que hablaba Adrienne Rich) ya hace mucho tiempo y desde o en la resistencia, en unas subculturas que no solo no han sido superadas sino que van muy por delante del modelo homonormativo y asimilacionista hoy dominante en muchos lugares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario